Debido a la dificultad de muchas personas para acceder a los productos financieros de las entidades bancarias, han proliferado las empresas prestamista de capital privado. Aunque muchas personas desconfíen, es una gran suerte para muchas otras. La competencia hace que bajen los precios de sus intereses y que sus créditos y préstamos sean más asequibles. Aunque se tenga una mala opinión sobre este tipo de empresas, lo cierto es que es necesario analizar también sus ventajas.
Quizás en el pasado los intereses que cobraban las empresas de capital privado eran muy superiores a los que cobraban los bancos, pero lo cierto es que, en la actualidad, podemos encontrar empresas de capital privado que cobran intereses mucho menores que los que cobran algunas entidades bancarias. Además, se ha de tener en cuenta que las empresas prestamistas de capital privado no siempre son directamente las que prestan el dinero, muchas de ellas cuentan con inversores privados que operan a través de ellas, por lo que también deben recibir un beneficio por el dinero que invierten.
¿Y por qué esta confusión? Porque cuando no se está familiarizado con los créditos y los préstamos, la mayoría de las personas se suele fijar en el TIN, el tipo de interés que va a pagar cada mes, y no en el TAE, que es el precio real que cuesta el crédito o el préstamo. En el TAE viene reflejado lo que nos va a costar el préstamo, es decir, el interés mensual, pero también los productos asociados que pueden estar vinculados a él, como son la comisión de apertura, seguros o cualquier otro producto. Mientras que algunos bancos cobran hasta más de un 11% de TAE, algunas empresas de capital privado cobran poco más de un 5%. A ello se ha de sumar que no exigen cambiar la cuenta de banco, muchas no cobran comisión de apertura y tampoco exigen la contratación de un seguro.
Así, antes de contratar un producto financiero, siempre se debe comparar, entre bancos y empresas de capital privado, cual es el TAE que van a aplicar, aunque se trate de un minicrédito que se va a devolver al cabo de 30 días. En este caso, también se puede recurrir a las empresas prestamistas que ofrecen el primer crédito sin pagar ningún interés, por lo que cuando venza el plazo acordado para el pago de la deuda, únicamente se deberá devolver el dinero que ha sido prestado. Si se solicita un nuevo crédito a la misma empresa prestamista, sí se deberán pagar intereses, pero estos, por lo general, serán más bajos en cada nuevo crédito y las condiciones y facilidades serán mayores.
Aunque siempre es mejor no tener que recurrir a pedir dinero prestado, ya sea a una entidad bancaria o a una empresa prestamista de capital privado, lo cierto es que hay situaciones en la vida que obligan a tomar esa decisión. Las empresas prestamistas de capital privado asumen un mayor riesgo que los bancos cuando prestan dinero a sus clientes, ya que no pueden controlar sus ingresos ni suelen obligar a contratar un seguro de pagos sobre el dinero prestado. Tampoco tienen una relación con sus clientes, como sí puede ocurrir al pedir dinero prestado a un banco, ni lo ven físicamente ni, la mayoría, pide un aval, ya sea que provenga de un bien o que sea otra persona que avale al solicitante del préstamo o del crédito.
Los requisitos básicos que piden, en general, las empresas prestamistas de capital privado, son los siguientes: