A día de hoy, un crédito privado es el medio para hacer frente al pago de necesidades súbitas e imprevistas de carácter económico. Lejos quedan ya los largos trámites burocráticos y las colas de espera en la sede bancaria para poder conseguir el dinero anhelado.
Frente a la banca tradicional, las nuevas entidades de crédito de carácter privado han favorecido el hecho de que los créditos sean más accesibles al consumidor que años atrás.
Se venía solicitando una financiación más ágil para obtener créditos modestos y para los que la clásica banca ponía demasiados obstáculos.
En la actualidad, se ofrecen productos de financiación que permiten al cliente obtener dinero de forma rápida, ahorrando tiempo y costes en cualquier momento.
Como se ha adelantado, lograr financiación para sufragar un imprevisto económico de la índole que fuere se ha convertido en una labor mucho más cómoda y sencilla.
Si bien los requisitos condicionantes para dar trámite a todo el proceso van a depender de la naturaleza del crédito que venga a solicitar el cliente, se exige presentar una serie de documentación básica, como es la siguiente:
Así pues, y como se puede observar partiendo de estos requisitos de carácter básico, para este tipo de solicitudes no se exige la presentación de las nóminas de los últimos dos meses o certificados de ingresos periódicos equivalentes.
Por otro lado, para la gestión de los créditos privados no se viene pidiendo normalmente aval bancario para su formalización.
En efecto, todos los clientes que pretendan disfrutar de dinero rápidamente a través de los créditos privados, necesitarán contrastar con anterioridad las distintas opciones que ofrece el mercado financiero.
Escogida ya la que el cliente cree que es la opción que más se ajusta a sus necesidades, se inicia el siguiente proceso:
Si este paso se ha resuelto satisfactoriamente y el cliente se estima apto para la concesión del mismo, se le realizará una oferta vinculante. Tal oferta expresa los datos concernientes a la identidad de las partes, la cantidad objeto del crédito, el número de las cuotas periódicas de devolución y los intereses y otros costes aplicables.
Toda la tramitación se realiza desde casa, de tal manera que el solicitante no tiene que acudir a la oficina bancaria para poder dar trámite a todo este proceso.
Con la llegada de Internet, se agiliza mucho más todo el proceso, suprimiendo trámites y logrando una mayor rapidez en la gestión de créditos privados.
Su tramitación 100 % vía online permite comparar los diferentes créditos existentes en el mercado económico de similar apariencia. Actualmente es posible contar con un apoyo extra para escoger la opción que necesita concretamente el consumidor mediante el uso de comparadores de créditos.
De esta forma, el consumidor no tendrá que emplear mucho tiempo analizando individualmente cada crédito para poder escoger el que crea que es el que mejor se adapta a lo que busca, sino que, por el contrario, se apoyará en herramientas que le auxilien en la elección.
Gestionar fácilmente los diferentes trámites y la celeridad de su gestión son, a groso modo, los elementos que más interés despierta a los usuarios.
La eliminación del papeleo y de los trámites burocráticos. Todo cuanto precisa el usuario es un dispositivo electrónico que le permita conectarse a Internet para poder obtener liquidez de forma rápida. El envío de todos los documentos se realiza a través su envío a la página web correspondiente a la entidad financiera que va a conceder el dinero prestado.
Asimismo, si no se viene requiriendo aval bancario para su tramitación, conseguir liquidez de forma casi instantánea viene siendo algo muy fácil.