Es conveniente dejar claro las posibles diferencias que existen entre el crédito y el préstamo.
Pese a que ambos tienen en común la característica de constituir un instrumento de financiación, el crédito, a diferencia del préstamo, permite que el cliente pueda disponer del total de dinero prestado, esto es, la persona que solicite el crédito puede escoger entre disponer de la cuantía total o de la parte de ésta que considere. Además, en el crédito solamente se va a exigir el abono de intereses con respecto a la cantidad de que efectivamente se haya dispuesto.
Ambos instrumentos económicos permiten que toda persona pueda disponer de un dinero “extra” para aquello que necesite. A pesar de tener una adecuada planificación económica, cualquier imprevisto puede surgir y los créditos rápidos son una buena opción para hacer frente a esos acontecimientos.
Las principales ventajas que ofrecen los créditos rápidos no son escasas. Así los clientes suelen escoger esta clase de productos económicos por varias razones:
– Su flexibilidad, al permitir escoger el valor del crédito en cuestión y el plazo para devolverlo
– Su agilidad. Las nuevas tecnologías permiten que todo el proceso se desarrolle de forma increíblemente rápida, suprimiendo la necesidad de largos trámites burocráticos
– Ahorro en tiempo. Gracias a los comparadores de créditos rápidos disponibles vía online, podrás conocer en apenas unos minutos las ofertas más competitivas del mercado, obteniendo más por menos
– Respuesta inmediata. Una vez que el cliente haya rellenado los datos correspondientes, la entidad financiera emitirá una respuesta automática manifestando si su solicitud ha sido aprobada. El consumidor podrá tener el dinero ingresado en su cuenta bancaria en escasos minutos
– Fiabilidad. En cumplimiento de la regulación jurídica vigente, todos los elementos del contrato deberán estar redactados en términos concretos, claros, y sencillos. Ello es así para que no haya margen de inducir a error al consumidor, de manera que éste sepa antes de formalizar el contrato a lo que exactamente se está obligando
Se trata, en definitiva, de evitar la denominada “letra pequeña”, de manera que quedan prohibidas las cláusulas oscuras que perjudiquen al consumidor.
– Accesibilidad. La solicitud de los créditos rápidos se podrá llevar a cabo desde cualquier lugar, ya sea en casa o en el lugar de trabajo. La cuestión es que el usuario no se vea obligado a acudir a distintas oficinas bancarias para dar curso a su solicitud
Las nuevas tecnologías permiten que se pueda tramitar esta clase de instrumentos económicos a través de cualquier dispositivo con conexión a Internet, ya sea un móvil, un ordenador o una tablet.
Amplia oferta. Como consecuencia de la aparición de las entidades financieras de carácter privado, han ido creándose productos de similares características y a un mejor precio. Además, las financieras privadas vienen exigiendo menos requisitos que la antigua banca para concederlos, o al menos, logrando una menor rigurosidad de los mismos.
Si bien es cierto que los créditos rápidos presentan notables ventajas, no por ello debemos olvidar prestar especial atención a ciertos aspectos.
A priori puede que una oferta parezca la solución idílica para sufragar cualquier tipo de imprevisto que nos ha surgido: conceden la suma total que necesito, el tipo de interés aplicable es increíblemente bajo, puedo devolverlo en cómodos plazos, etc.
Aunque la oferta parezca atractiva inicialmente, es posible que un tipo de interés demasiado bajo lleve aparejado otras comisiones o gastos extra, por lo que es muy importante que el cliente lea todo con atención antes de proceder a la formalización del contrato.
No hay duda de que el tipo de interés es el primer valor en el que se fija el cliente. Desafortunadamente, los créditos rápidos se conceden bajo unas condiciones especiales, por lo que suelen llevar aparejados intereses más elevados.
Otra cuestión es la relativa a la cifra máxima que se puede solicitar en este tipo de instrumentos. Si bien no se trata de una desventaja, sino de un límite a su tramitación, los créditos rápidos tienen un monto moderado, puesto que generalmente no suelen superar los diez mil euros.
Por otro lado, a corto plazo los créditos rápidos pueden ser una buena opción para hacer frente a un imprevisto dado. No obstante, puede convertirse en un círculo vicioso si el cliente contrae nuevas deudas y no calcula adecuadamente su capacidad de devolución puede incurrir en un problema de sobreendeudamiento a largo plazo. En relación a esta última cuestión deben tener una cautela especial los clientes incluidos en listas de morosidad.
De cualquier manera, lo cierto es que los créditos rápidos tienen cada vez mayor protagonismo en la actualidad, ya que cada vez son más las ofertas realizadas por parte del mercado económico, abriéndose el abanico de opciones incluso para los clientes incluidos en listas tales como ASNEF.