El sector profesional autónomo ha sido uno de los más afectados por la crisis financiera de los últimos años en España. Muchas de las ayudas y subvenciones que el autónomo solía recibir han sido revocadas por las nuevas políticas económicas del gobierno y se estima que más del 80% de la población de empresarios por cuenta propia continúa presentando serios problemas de solvencia, de acuerdo con la Asociación de Trabajadores Autónomos.
Esta es una de las causas de que los préstamos para autónomos ofrecidos por entidades bancarias se hayan vuelto escasos, de difícil acceso y en algunos casos inexistentes. El motivo es la percepción de alto nivel de riesgo que las entidades financieras encuentran en la concesión de préstamos para este sector.
Igualmente, se han endurecido las condiciones para la obtención de los préstamos en factores como el plazo de devolución y el monto del préstamo. Los tipos de interés, fijo o variable, no bajan de un 10% anual. La causa de la variación se basa en el perfil del cliente y las condiciones de la financiación.
El ICO (Instituto de Crédito Oficial) es la entidad que ofrece los mejores tipos de préstamos para autónomos que buscan apoyo económico para emprender sus proyectos. Estos préstamos se destinan al pago de Hacienda, a la compra de equipos o mobiliario, o para solventar problemas puntuales de liquidez. El ICO proporciona 3 tipos de financiación:
El empresario por cuenta propia debe conocer cuáles son las fuentes de financiación de las que puede disponer para subvencionar su actividad mercantil o emprender su nuevo negocio. Hay muchas maneras de financiar un proyecto empresarial en España. Para saber cuál es la más conveniente, es necesario hacer un estudio mercantil del proyecto que desglose todos los gastos de la inversión y que le proporcione al empresario la cantidad concreta que necesita.
Por una parte, la fuente más recurrente suelen ser los ahorros del propio empresario. Con frecuencia, muchos proyectos en España se emprenden con la inversión que proviene del capital propio del emprendedor. Esta resulta una base que proporciona gran independencia y seguridad al inicio de un proyecto. De hecho, muchas entidades de financiación solicitan al autónomo entre las condiciones del contrato que se disponga de una cierta cantidad inicial para la inversión.
Otra opción que muchos eligen es la de cobrar un pago único por desempleo, para apoyar su actividad emprendedora. Hay una serie de condiciones que se exigen para solicitar esta opción en el INEM; como iniciar la actividad en el plazo de un mes, que dicha actividad no se encuentre dada de alta en la Seguridad social y tener al menos, tres meses cotizados de la prestación por desempleo, entre otras.
Otra fuente de financiación son los familiares o amigos que pueden servir como inversionistas o socios capitalistas. Es decir, son personas que están interesados en ayudar al autónomo, en el desarrollo de un proyecto en particular y quieren invertir su dinero a fondo perdido, o también desean formar parte del proyecto y percibir sus ganancias.
La financiación por parte de las entidades bancarias es otra opción por la que se decantan un menor número de nuevos empresarios. No son muchas las facilidades que la banca ofrece para dar créditos para autónomos, en especial si se trata de emprender una nueva actividad. Cada entidad tiene diferentes condiciones en sus líneas de crédito para autónomos.
Las entidades financieras ponen a disposición de las pymes y autónomos ayudas y subvenciones, cuyos requisitos en ocasiones, dificultan su acceso. Primero, es fundamental presentar un plan de financiación que permita evaluar los costes de cada alternativa disponible para financiar el negocio.