Un crédito privado es una cantidad de dinero que presta a otra persona una empresa o un particular. Se trata de los créditos que no se rigen por las mismas normas que los que conceden los bancos. Estos tipos de créditos pueden ser concedidos por empresas de capital privado o por particulares, siempre y cuando se respeten las leyes que los regulan.
Al aceptar un crédito privado, el cliente confirma también las condiciones impuestas por el prestamista y debe cumplirlas, esto es, el plazo de tiempo en el que se va a devolver el dinero, la cantidad que se va a devolver y los intereses que pudieran devengar en el caso de impago o retraso en el pago de las cuotas.
Estas condiciones también se deben cumplir si se solicita dinero a un banco, pero en el caso de los créditos privados los intereses son más elevados. Esto es debido a que las personas que suelen acudir a los créditos privados generalmente es porque no cumplen con los requisitos de confianza que le pide un banco. Así, el particular o empresa de capital privado que concede el crédito se arriesga, de mayor manera, a que no le sea devuelto el dinero.
Los créditos privados pueden ser concedidos mediante acuerdos verbales, o a través de contratos privados. Es aconsejable, para ambas partes, establecer un contrato con unas cláusulas claras, ya que este tipo de créditos pueden ser de una cantidad de dinero pequeña hasta cantidades más elevadas.
Existen las hipotecas privadas o los préstamos para llevar a cabo un negocio, la devolución de este dinero puede requerir de un tiempo más largo para hacer frente a la deuda y no es posible saber qué va a pasar en la vida de las personas ni qué situaciones pueden provocar un impago o un retraso en el pago.
Es recomendable acudir a los créditos privados cuando no se tiene otra solución y cuando el banco deniega la solicitud. Los créditos privados pueden ser concedidos con facilidad y rapidez, sin embargo, es necesario hacer uso de ellos de una manera responsable. Los intereses de los créditos privados son más altos y encadenar créditos no es una buena solución para salir de un apuro puntual.
Se suelen pedir créditos privados cuando es necesario pagar una deuda con urgencia, cuando no se cuenta con una nómina, pero sí con unos ingresos mensuales que permitan hacer frente al pago de la deuda, cuando se desea emprender un negocio y no se tiene suficiente dinero para hacerlo e incluso se puede solicitar una hipoteca privada cuando el banco no la concede.
Los bancos también pueden denegar un crédito si el solicitante está incluido en una lista de morosos, algunos prestamistas privados y empresas de capital privado no tienen en cuenta esta condición.
Es importante tener en cuenta que las empresas de capital privado que ofrecen créditos aún estando en una lista de morosos, sí tienen en cuenta que la deuda no sea contraída por un producto financiero de cualquier tipo y que no sea mayor a 1.000 euros, en algunos casos.
En el caso de los prestamistas privados, cada uno de ellos impondrá sus condiciones para conceder un crédito a una persona, en el caso de las empresas de capital privado, formadas por prestamistas que ofrecen su dinero a través de la empresa y a cambio de cobrar una cantidad por él, los requisitos generales suelen ser:
La capacidad de endeudamiento se calcula en base al dinero del que puede disponer el cliente después de haber hecho frente a todos sus gastos fijos, no debe superar el 35 ó 40% de esa cantidad.